La materia emite y transmite cosas: radiación, magnetismo, ejem..., ondas... Esto también ocurre cuando ha sido el hombre quien ha ordenado una particular disposición de esa materia, y por eso una estancia o un edificio nos transmiten determinadas... (ejem, de nuevo) vibraciones. Esto es evidente en el caso de la luz, pues no dejamos de percibir los colores de las cosas por el hecho de encontrarse inmóviles. Pero... ¿oímos también las cosas inanimadas como rocas, paredes o políticos en rueda de prensa, incluso cuando nada las percute, vibra o sopla?
Tal vez sí, con un poco de ayuda.
El compositor norteamericano Russell Frehling ha desarrollado un sistema para 'pescar' frecuencias de resonancia inherentes en la arquitectura, una técnica mostrada entre febrero y marzo de este año en el Bass Museum of Art de Miami Beach, en la exposición 'SOUND', organizada por ISAW (Interdisciplinary Sound Arts Workshop) en el 20 Aniversario de su festival SUBTROPICS.
La exposición, comisariada por Gustavo Matamoros (compositor experimental y director del ISAW), con la colaboración del también compositor David Dunn, (nombres que muy posiblemente volverán a aparecer en este blog), incluyó una instalación llamada Bass Soundfield Russell Frehling, una sesión de pesca de resonancias de hora y media de duración, que trabaja con las longitudes de onda más altas del espectro audible, extraidas del ambiente. Lo vemos y oímos de forma abreviada abreviada en este vídeo:
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